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1. Adopta una Dieta Rica en Fibras
Las fibras alimentarias son componentes esenciales que ayudan a regular la digestión y la absorción de azúcares en la sangre.
Existen dos tipos principales de fibras: solubles e insolubles.
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Las fibras solubles, presentes en alimentos como la avena, frutas, verduras y semillas de chía, forman una especie de gel en el intestino, lo que retrasa la absorción de glucosa y mantiene los niveles de azúcar en sangre más estables.
Las fibras insolubles, encontradas en granos integrales y vegetales, ayudan a promover la regularidad intestinal.
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Pero recuerda que para ingerir fibra debes aumentar la ingesta de agua para no provocar estreñimiento.
Cómo Incorporar Más Fibras en tu Dieta
- Desayuno: Empieza el día con un desayuno rico en fibras, como avena con frutas frescas o un batido de frutas y verduras.
- Meriendas: Opta por frutas enteras, como manzanas, peras y naranjas, que son ricas en fibras.
- Comidas Principales: Añade verduras y hortalizas a todas tus comidas. Incluye ensaladas variadas y prefiere granos integrales, como arroz integral, en lugar de arroz blanco.
- Legumbres: Incluye legumbres como frijoles, lentejas y garbanzos en sopas, ensaladas y platos principales.
Estos cambios simples pueden hacer una gran diferencia en tu ingesta diaria de fibras y, en consecuencia, en la regulación de los niveles de glucosa en sangre.